En situaciones traumáticas es frecuente que la persona presente numerosas creencias negativas en torno a esta experiencia, tales como culpabilidad, responsabilidad con respecto a la posibilidad de control y a la imposibilidad de defenderse. En una situación normal, las creencias negativas son comparadas con las creencias posibles de las que todos disponemos dando una solución adaptativa más adecuada a la realidad, y todo esto es posible gracias al sistema natural adaptativo de procesamiento de la realidad.
El EMDR describe el trauma como una información almacenada en el cerebro de manera disfuncional, a partir de una experiencia considerada traumática; al ser archivada de ese modo, no puede ser utilizada ni integrada a la experiencia cotidiana del sujeto, y por consiguiente se convierte en responsable de los síntomas del paciente.Más exactamente, la información queda asociada a los sistemas de memoria implícita de modo similar al momento en el que fue experimentada la experiencia traumática. De ello se desprende que, cuando se ve enfrentado a una situación que guarda cierta relación de similitud o resonancia respecto de la experiencia que resultó traumática, el sujeto se convierte en víctima de una reacción que va desde la desazón al miedo, el rechazo, la ira, o bloqueos a nivel muscular o fisiológico. En ocasiones, el sujeto no advierte la incoherencia de tales reacciones, pero en muchas otras, estas últimas van acompañadas de desconcierto o de frustración por parte del individuo, que llega incluso a reprocharse a sí mismo por protagonizarlas aun siendo consciente de lo innecesario, indebido y contraproducente de las mismas.El trabajo del terapeuta de EMDR consiste en ayudar al paciente a reintegrar el o los sucesos traumáticos, de modo que éstos no sigan causándole dolor y sufrimiento.
En psicología se conocen dos tipos de traumas:
El EMDR describe el trauma como una información almacenada en el cerebro de manera disfuncional, a partir de una experiencia considerada traumática; al ser archivada de ese modo, no puede ser utilizada ni integrada a la experiencia cotidiana del sujeto, y por consiguiente se convierte en responsable de los síntomas del paciente.Más exactamente, la información queda asociada a los sistemas de memoria implícita de modo similar al momento en el que fue experimentada la experiencia traumática. De ello se desprende que, cuando se ve enfrentado a una situación que guarda cierta relación de similitud o resonancia respecto de la experiencia que resultó traumática, el sujeto se convierte en víctima de una reacción que va desde la desazón al miedo, el rechazo, la ira, o bloqueos a nivel muscular o fisiológico. En ocasiones, el sujeto no advierte la incoherencia de tales reacciones, pero en muchas otras, estas últimas van acompañadas de desconcierto o de frustración por parte del individuo, que llega incluso a reprocharse a sí mismo por protagonizarlas aun siendo consciente de lo innecesario, indebido y contraproducente de las mismas.El trabajo del terapeuta de EMDR consiste en ayudar al paciente a reintegrar el o los sucesos traumáticos, de modo que éstos no sigan causándole dolor y sufrimiento.
En psicología se conocen dos tipos de traumas:
- Traumas con T mayúscula donde el tipo de experiencia traumática es física, ya sean abusos físicos, sexuales o accidentes.
- Traumas con t minúscula donde el tipo de trauma es únicamente emocional, un divorcio o el desapego de la madre a su hijo a una edad muy temprana.